Hombres, cáncer y emociones

HOMBRES, CÁNCER Y EMOCIONES

Esta es la primera vez que escribo en el blog. Esta entrada ha sido motivada por el reciente diagnóstico de cáncer de una persona cercana. Dado que actualmente se estima que uno de cada dos hombres tendrá un diagnóstico de cáncer en algún momento de su vida, no es sorprendente que todos tengamos un contacto personal que esté afectado por cáncer y más aún cuando ya superas la cincuentena, como es mi caso. 

Lo que para mí ha sido interesante (desde una perspectiva personal) es presenciar de primera mano la respuesta emocional masculina a un diagnóstico de cáncer. Me resuenan muchas de las respuestas y comportamientos que mis compañeras ven y escuchan a diario en el Centro Kālida, y que me transmiten muy a menudo. 

En pocas palabras, la mayoría de las mujeres quieren hablar de sus emociones, mientras que a los hombres no o, siendo indulgente con nosotros mismos, nos cuesta más. Soy consciente que esta afirmación es una simplificación excesiva, incluso puede llegar a ser un prejuicio, y un área de debate, y por eso he querido echar un vistazo a cómo los hombres lidian y procesan el impacto emocional del cáncer. 

Investigación sobre los hombres, el cáncer y las emociones 

Los hombres tendemos a mostrar nuestras emociones de una manera diferente a las mujeres, pero eso no significa que sintamos las cosas con menos fuerza. Investigaciones recientes en hombres diagnosticados con cáncer de próstata en los primeros tres meses después del diagnóstico, han demostrado que «los hombres silenciaban la angustia porque creían que se esperaba de ellos». 

La conclusión de los autores señala que «mantener el silencio permitió a los hombres proteger su imagen fuerte y estoica de sí mismos. Este estereotipo, el del hombre fuerte y estoico, impedía a los hombres expresar sus sentimientos de angustia y buscar el apoyo de familiares, amigos y profesionales de la salud». (Respondiendo a un diagnóstico de cáncer de próstata localizado: experiencias de angustia normal de los hombres durante los primeros 3 meses posteriores al diagnóstico (Wall, D.P et al, 2013) citado porpubmed.gov) 

Esto está respaldado por un estudio de Nueva Zelanda que mostró que los hombres callan la angustia porque es lo que se espera de ellos. La Dra. Heron-Spiers (Medical Press, 2015) descubrió que los hombres con cáncer afrontan la situación siendo activos y prácticos y evitando la autocompasión. Sin embargo, por lo general les resulta más difícil reconocer y expresar sentimientos y temores sobre el cáncer y sus implicaciones que incluyen la muerte.  Los hombres que estudió utilizaron tácticas como el humor, minimizando el tema y bloqueándolo para lidiar con su cáncer. Habla sobre las tres normas masculinas de ser «Fuerte, Silencioso e Invulnerable» y de cómo estas tácticas impiden acceder a la ayuda. 

Desafortunadamente, la sociedad parece dictar que los hombres no podemos mostrar nuestro lado vulnerable y que «los niños grandes no lloran». Hoy leí sobre las cuatro emociones universales; la felicidad, la tristeza, la ira y el miedo. La felicidad se considera aceptable… todos podemos demostrar que estamos sintiendo esta emoción fuerte. Sin embargo, los hombres, en particular, nos sentimos menos alentados a mostrar miedo y tristeza. 

Cómo afecta emocionalmente el cáncer a los hombres 

Las emociones reprimidas pueden provocar estrés, insomnio, cansancio constante e irritabilidad. (Mensline Australia). Esto tiende a conducir a comportamientos que todos podemos reconocer: 

  • Alejarse de la familia y los amigos 
  • Trabajar más horas 
  • Pasar más tiempo fuera de casa 
  • Consumir más alcohol o drogas recreativas 
  • Comportarse de manera imprudente y/o violenta 

 Qué puedes hacer 

Si identificas esto en ti mismo o en los hombres afectados por el cáncer a tu alrededor, podría ser útil pensar en buscar apoyo ya sea profesional como de una persona cercana, hablar con alguien sobre lo que te está sucediendo y reconocer lo que podrían estar desencadenando estas estrategias de no afrontamiento. 

Tal vez una conversación con un amigo o familiar en el que puedas confiar; o hablar sobre cómo te sientes con tu médico de cabecera, enfermera especialista o pasarte por Kālida (ya sea en nuestro centro en Barcelona o en Kālida online si vives más lejos). Te podemos ofrecer cursos, talleres, sesiones, grupos de soporte así como apoyo individual. Nuestro equipo de profesionales está entrenado para atenderte y abordar contigo las emociones derivadas del cáncer, independientemente del género.  

 

Joan Reventós 
Director 
Fundación Kālida 

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