Memoria y concentración durante el proceso oncológico

 

Es posible que hayas notado que tu memoria y capacidad de concentración se han visto afectadas desde que recibiste tratamiento para el cáncer. Las personas a menudo llaman a esta experiencia “niebla mental” o “quimiocerebro”.

A continuación, te proporcionamos información para que aprendas más sobre el “quimiocerebro” y cómo manejarlo.

¿Qué es el “quimiocerebro”?

Algunas personas notan que son más olvidadizas o que tienen problemas para concentrarse o tomar decisiones después del tratamiento para el cáncer.

Los síntomas pueden incluir:

  • Dificultad para realizar varias tareas a la vez o concentrarse en una sola tarea
  • Mala memoria a corto plazo
  • Baja capacidad de atención
  • Sentirse cansado
  • Sentirse confundido
  • Dificultad para encontrar la palabra adecuada al hablar o escribir
  • Dificultad para completar tareas cotidianas
  • Dificultad para aprender nuevas habilidades
  • Sentirse más desorganizado de lo habitual

Aunque comúnmente se llama “quimiocerebro”, esto puede ocurrir después de diferentes tipos de tratamiento para el cáncer. Investigaciones recientes han demostrado que podría deberse más al estrés del diagnóstico y tratamiento que al tratamiento en sí.

La “cognición” es el término que se refiere al acto de pensar, procesar y razonar. El término médico para el cerebro de quimio se refiere a disfunción o deterioro cognitivo leve.

Además del estrés, los niveles hormonales fluctuantes y algunos medicamentos tomados durante el tratamiento pueden afectar directamente tu capacidad de pensar y hacer que te sientas lento. Otras causas pueden ser la deshidratación, la falta de sueño, la mala alimentación, la depresión o la fatiga.

Para la mayoría de las personas, esta confusión mental desaparece poco después del tratamiento. Algunos encuentran que persiste durante meses después. En pocos casos, la confusión puede ser permanente.

¿Cómo puedo manejar la confusión o la pérdida de memoria?

No existe un tratamiento específico para el “quimiocerebro”. Sin embargo, hay otros efectos secundarios del tratamiento que pueden agravar sus síntomas y que sí se pueden tratar. Los efectos secundarios que contribuyen a los síntomas del cerebro de quimio incluyen anemia, cambios hormonales, insomnio (dificultad para dormir), depresión y estrés.

  • Habla con tu equipo médico sobre cualquier dificultad que tengas con tu memoria y concentración.
  • Anota los efectos en tu vida diaria para ayudarte a recordar y explicar los síntomas a tu médico o enfermera especialista durante la cita.
  • El ejercicio puede reducir el estrés, la fatiga y la depresión; investigaciones recientes también han demostrado que el ejercicio ayuda a mejorar la memoria en mujeres tratadas por cáncer de mama.
  • Hidratación: incluso una deshidratación leve puede afectar la memoria y la concentración. Beber suficiente agua puede ayudar, a menos que tu médico te haya aconsejado limitar la ingesta de líquidos.
  • Control y comprensión: trata de identificar patrones de cuando te sientes “confuso”. ¿Es cuando estás cansado, hambriento, apresurado o cuando hay mucho ruido o actividad a tu alrededor? Puedes hacer cambios o planificar en torno a estos momentos si necesitas concentrarte en algo.
  • Ayudas para la memoria: utiliza notas, listas y alarmas en el teléfono para recordatorios. Mantén cosas importantes como las llaves en el mismo lugar todos los días. Pide a tus amigos que te envíen un mensaje de texto después de las conversaciones para recordarte cosas que dijiste que harías.
  • Entrenamiento mental: hacer crucigramas/sudoku o ejercicios de entrenamiento mental puede ayudar a aumentar las conexiones en el cerebro.
  • Dormir: dormir lo suficiente te ayudará a sentirte más fuerte emocional y físicamente.
  • Nutrición: comer de manera saludable puede mejorar el estado de ánimo y la fatiga y mantener estables los niveles de azúcar en sangre, lo que puede ayudar a mejorar la memoria y la concentración. Informa a tu equipo médico si planeas tomar vitaminas o suplementos, ya que algunos pueden interferir con tu tratamiento.
  • Reduce el estrés donde puedas y haz cosas que disfrutes. Las técnicas de relajación, como la meditación y la atención plena, también pueden ser útiles.
  • Sé honesto: hazle saber a tus amigos y familiares que tienes más dificultades para pensar/recordar cosas de lo habitual. Diles que es probable que sea temporal, pero que agradecerías su ayuda mientras tanto.
  • Sé amable contigo mismo: trata de no obsesionarte con la “confusión”. Recuerda que esto es temporal y que estás haciendo lo mejor que puedes.

Cuándo buscar más ayuda

Para la mayoría de las personas, los problemas con la memoria y la concentración serán temporales y podrás manejarlos usando las estrategias mencionadas.

Si encuentras que la confusión te está causando ansiedad, afectando tu capacidad para realizar tareas esenciales o si continúa más tiempo del esperado, informa a tu equipo médico. Hablar con tu médico de cabecera, médico del hospital o enfermera especialista puede ayudar.

Pásate por Kalida Sant Pau. Puedes hablar sobre tus síntomas y obtener más información sobre el tipo de soporte y actividades que se adecuan más a tu situación. 

 

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