Cómo combinar ejercicio físico y cáncer

Es probable que el cáncer afecte a tu estado físico, de ánimo y nivel de energía, pero el ejercicio físico realmente es positivo antes, durante y después del tratamiento.

Esta página te ayuda a conocer los beneficios del ejercicio físico, convertirlo en parte de tu día a día y a combinarlo con actividades que normalmente ya disfrutas.

Los beneficios del ejercicio físico cuando tienes cáncer

La investigación ha demostrado que las personas en un proceso oncológico que ejercitan el cuerpo tienen menos fatiga (cansancio), se sienten mejor con ellas mismas y tienen menos probabilidad de sufrir depresión.

También hay evidencias que sugieren mejoras en la salud ósea, sexual, de la vejiga y del intestino, menores tasas de anemia y efectos secundarios relacionados con el tratamiento, gracias a la actividad física.

El ejercicio físico también puede significar mejor calidad del sueño, mejor salud física y mental en general, menos linfedema (hinchazón de una extremidad) y mejora de la imagen que uno tiene de sí mismo.

Encontrar el ejercicio físico adecuado para ti

Cuando tienes cáncer, el ejercicio físico debe ser algo que puedas realizar y disfrutar.

Aunque pueda parecer desalentador, el objetivo es hacer pequeños cambios y desarrollar lo que es adecuado y manejable para ti.

No tienes que empezar a correr o ir al gimnasio. Tu ejercicio físico puede ser:

• Ir caminando a una tienda de tu barrio, o a la habitación de al lado
• Hacer las tareas del hogar.
• Jardinería u horticultura.
• Estiramientos suaves en la silla

Algunos gimnasios ofrecen clases específicas para personas que no se sienten bien. Si asistes a un grupo o clase es importante asegurarte de que el instructor esté debidamente cualificado y sepa que estás siendo tratado o has sido tratado recientemente por un cáncer.